Por Eduardo Ayala
Como jugador y como entrenador, Gustavo Costas vivió muchas experiencias en Racing. Unas fueron alegres y otras muy duras. Cada una de ellas se quedó grabada en su memoria por distintas razones. En 1988, logró el mayor triunfo de su carrera al conquistar el último título internacional del club. Hoy, después de 35 años, anhela volver a hacer historia desde el banquillo. Ese es el desafío que tiene el club.
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No todo fue bueno para él. Sufrió la quiebra, presiones y varios episodios negros que soportó por el cariño que siente por el club. Por eso ahora valora cada momento. Sabe que además de lo deportivo, se vive una buena etapa y que los éxitos se darán. A pesar de que el técnico renunció a una gran suma de dinero para volver a la Academia, sabe que el club no tiene inconvenientes económicos. En este caso, esta circunstancia también se relaciona con la crisis que atraviesa el país y el contraste que existe con otras ligas de Sudamérica.
Su deseo era tener otra chance y gozar de este momento en el club. Donde se paga puntualmente cada mes y donde el desafío es fichar jugadores de más nivel o conseguir un trofeo internacional. Todo lo contrario a sus anteriores etapas como entrenador. Sin embargo, para gozar de esto, Costas no deja de lado al otro Racing.
A ese que nos hizo padecer y al que se enfrentó con valentía. Pero él fue uno de los referentes y el que atravesó innumerables momentos. En lo económico, siempre sufrió dificultades en esas épocas. “Las primas de cuando fui jugador casi nunca las cobré; fueron 7 años o más. Tampoco me dieron nada cuando estuve como técnico en el gerenciamiento", confesó el DT en una charla con Clarin, mostrando lo mucho que aguantó. Pero por supuesto que no se resignó.
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Debido a todos estos impagos, y consciente de que el club estaba administrado, el actual entrenador de la Academia demandó a Blanquiceleste. Pero todo se modificó cuando la empresa se retiró y Racing quedó en el centro. Entonces el DT no lo pensó y retiró su reclamo. Además, hubo otro suceso, en este caso más sorprendente que penoso, que causó asombro en muchos. “La única vez que cobré el año completo en Racing fue durante la quiebra, aunque parezca mentira”, reconoce el actual DT que se deleita con este momento.
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